Poco antes de fin de año, Huancavelica celebra a lo grande con uno de los bailes más representativos del Perú. En esa región, cada 27 de diciembre, se conmemora el Día de la Danza de Tijeras, una fecha en la que sus mejores exponentes muestran su agilidad, habilidad y creatividad al son del arpa y el violín.
La danza de tijeras es un baile ritual que se remonta a la época de los chankas y que, con el paso de los años, se ha extendido por todo el Perú. Sus intérpretes sostienen que descienden de los tusuq laykas, quienes fueron sacerdotes, adivinos y curanderos prehispánicos quienes sufrieron la persecución de la Iglesia Católica y de las autoridades españolas durante la Colonia, por lo que tuvieron que refugiarse en diferentes zonas altoandinas.
El nombre de esta danza se debe a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de una tijera, que los bailarines hacen sonar constantemente con su mano derecha. Ellos realizan una coreografía extrema y agotadora, por lo que requieren de una intensa preparación física; es más, algunos incluso son entrenados desde la niñez y se dedican toda su vida a esta práctica ancestral.
Durante las competencias, los danzantes forman cuadrillas o equipos para representar a sus pueblos, y resulta ganador el grupo que realiza las mejores acrobacias, saltos aéreos y movimientos coreografiados. Aunque el baile no es lo único que suma puntos en este enfrentamiento, pues algunos se atreven a comer vidrio, caminar sobre fuego y hasta se hincan el cuerpo con agujas y cables. Es una demostración de talento, pero a la vez de resistencia dolorosa que puede durar muchas horas.
Un atuendo llamativo
La danza de tijeras es un homenaje a las montañas protectoras o apus que cuidan del pueblo. Por ello, su ejecución va acompañada de un colorido vestuario. Solo el sombrero pesa entre cinco y seis kilos, está bordado con hilo dorado y lleva cintas de colores. Tiene la forma de un cono y muestra el nombre del danzante. En la parte del pecho, el ejecutante se coloca un ponchillo de terciopelo con flecos, el cual tiene una imagen representativa del mundo andino como el cóndor o el dios Inti.
También se amarra un pañuelo en el cuello y sostiene otro en su mano izquierda. En la parte de la entrepierna se coloca una llamativa tela bordada conocida como tapabalo y usa un pantalón que cubre solo hasta la mitad de las piernas. El vestuario remata con un follaje de cintas multicolor o bellos diseños cosidos con hilos sumamente finos.
Debido a que la competencia es larga y ardua, los danzantes usan zapatillas flexibles y de poco peso, lo que les facilita mover los pies al bailar. Esta parte del atuendo se incluyó a partir de 1965, ya que antes se utilizaban zapatos de cuero de vaca.
Como puedes notar, la danza de tijeras es uno de los símbolos artísticos del Perú, por eso, en 1995 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y en el 2010 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. En otras palabras, este baile nació en el corazón de nuestra sierra y logró alcanzar el reconocimiento mundial que se merece.
Demuestra una vez más que los peruanos somos responsables y solidarios. De ti depende que más compatriotas estén libres del COVID-19. Recuerda, #VamosAVolver.