Si has viajado a la sierra, seguro has probado una sopa llena de ingredientes, una delicia de los Andes con sabor inolvidable. Se llama patasca o phatasqa, una palabra quechua que significa reventado. ¿Por qué ese nombre? El mote es el alma de este caldo, un maíz que revienta en la olla tras haberse sancochado por una hora.
Antiguamente se preparaba solo con carne de alpaca y cuy, ahora se cocina de diferentes maneras según la zona andina en la que te encuentres, donde pueden incluir pata de vaca, mondongo, cabeza de carnero o de chancho, res, tripas, manitas de cerdo, gallinas, entre otros animales.
La patasca no está completa si no se le pone cereales andinos, papas, ajos, cebollas, pimienta, sal, orégano, hierbabuena y culantro. Esta mezcla de ingredientes debe hervir por tres horas a fuego alto parejo, luego se retiran las carnes para picarlas y regresarlas a la olla por unos minutos más antes de apagar la cocina.
Esta sopa de la sierra peruana se sirve en platos anchos y hondos para que puedan caber todos los ingredientes, ya en la mesa se la acompaña con un poco de cebolla china, cancha serrana, perejil, limón y rodajas de rocoto.
Probar esta delicia de los Andes no solo te va a calentar el cuerpo ahora que comienza el invierno, también reforzará tus defensas gracias al mote. Este maíz es rico en nutrientes, calcio, hierro y fósforo. Además, su fibra ayuda a mejorar la digestión y su alto contenido de betacaroteno lo convierte en un antioxidante que te puede ayudar a retardar el proceso de envejecimiento. Así que alista tu paladar y atrévete a preparar la patasca en tu casa.
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